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Sobre el trastorno límite de la personalidad

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Alex González Grau
Alex González Grau

A continuación, publico una etrevista que me han hecho acerca del trastorno límite de la personalidad.

¿En qué consiste el Trastorno Límite de la Personalidad?

El trastorno límite de la personalidad se refiere a un patrón de comportamiento caracterizado por inestabilidad en todas las áreas. El paciente es inestable en sus emociones, pensamientos, comportamientos, relaciones familiares y relaciones sociales.

El paciente con trastorno límite de la personalidad exhibe inestabilidad del estado de ánimo, de los sentimientos, del comportamiento y de su autoimagen. Además, es notoria la impulsividad.

¿Qué tipo de comportamientos o síntomas tiene una persona con Trastorno Límite de la Personalidad?

Dentro de los síntomas que caracterizan el trastorno límite de la personalidad se incluyen:

  • La dificultad para aceptar las pérdidas afectivas, lo que los hace proclives a realizar esfuerzos desesperados por mantener una relación y evitar el abandono, sea real o producto de su imaginación. Esto hace que caigan en lo que actualmente se denomina “relaciones tóxicas”; es decir, aquellas caracterizadas por la explotación, manipulación y conductas destructivas. Sus relaciones son inestables e intensas en cuanto a las emociones. Debe aclararse que este tipo de relaciones no son exclusivas de las personas aquejadas por este trastorno. Estos individuos poseen un miedo intenso ante el abandono e ira cuando se enfrentan a separaciones o cambios de planes.

  • Las personas afectadas por este tipo de trastorno tienen alteraciones en su identidad, la cual suele ser negativa. Su autoimagen y el sentido de si mismos son inestables y variables a lo largo del tiempo. Sus metas, planes, valores y aspiraciones son cambiantes. Lo mismo ocurre con su identidad sexual y con los amigos que escogen. También es cambiante el papel que asumen en sus relaciones, pasando con facilidad de víctimas a maltratadores.

  • Los afectados por trastorno límite de la personalidad son sumamente impulsivos, lo que hace que caigan en comportamientos como las conductas autoagresivas, el consumo de sustancias recreativas, los atracones de comida, juego patológico, sexo inseguro, despilfarros, peleas y comportamientos autodestructivos o francamente suicidas. De hecho, el riesgo de suicidarse es superior al de la población general.

  • Dentro de los síntomas del trastorno de personalidad limítrofe merece especial mención la inestabilidad del estado de ánimo. Estas personas pasan fácilmente de la alegría a la tristeza y a la irritabilidad, lo que puede darse en cuestión de horas o minutos.

  • Asimismo, tienen cambios en los sentimientos hacia los demás. Con frecuencia idealizan y devalúan a aquellos con quienes se relacionan. Se rigen por la ley del todo o nada: dividen a las personas en buenas y malas, sin aceptarlas con virtudes y defectos. En síntesis, polarizan a los demás.

  • Aquellos que están afectados por la personalidad límite suelen tener una sensación crónica de vacío e insatisfacción vital, lo que los lleva a buscar emociones fuertes o a caer en comportamientos que llenen ese vacío. Esta es una de las razones por las que caen en el consumo de alcohol y otras sustancias, incurren en conductas autoagresivas y se involucran con individuos sociopáticos.

  • Los individuos afectados por trastorno limítrofe de la personalidad tienen marcadas dificultades para controlar la ira. Esto hace que fácilmente caigan en peleas con sus familiares, compañeros sentimentales o desconocidos. Sus episodios de ira son graves, inapropiados y duraderos, difíciles de controlar mediante la razón o la confrontación con la realidad, lo que los conduce a comportamientos destructivos.

  • Quienes padecen trastorno limítrofe de la personalidad no manejan bien el estrés. Por tanto, con frecuencia se disocian. Esto quiere decir que hay una desconexión entre las funciones que normalmente están bajo control consciente, como el pensamiento, el lenguaje, la memoria y la conducta motora. Puede que realicen cosas que no recuerden o que actúen de manera automática. También pueden exhibir comportamientos regresivos. Debe mencionarse que, también ante el estrés, pueden presentar ideas de perjuicio o de persecución o creer que los demás hablan mal de ellos.

¿Cuándo se dice que puede haber un diagnóstico?

En general, el diagnóstico de un trastorno de la personalidad se hace cuando los estilos de afrontamiento de la persona (es decir, la manera en que enfrentan los conflictos) y sus rasgos de personalidad (la manera en que interactúan consigo mismos o con los demás) son rígidos, inflexibles e inadaptados.

Los rasgos de personalidad son patológicos cuando son inflexibles, afectan a los demás y le ocasionan problemas al que los padece.

Si una persona padece los rasgos que se describen bajo la segunda pregunta, estamos ante un trastorno límite de la personalidad.

¿Hay una edad determinante?

Los trastornos de la personalidad se diagnostican a inicios de la edad adulta, lo que no quiere decir que los síntomas no se hayan manifestado desde antes.

¿Existe tratamiento?

Sí, existe tratamiento. Lo ideal es combinar psicoterapia con farmacoterapia.

Se han utilizado varias modalidades psicoterapéuticas, con resultados variables. En general, la psicoterapia con los pacientes afectados por trastorno límite de la personalidad es difícil tanto para el paciente como para el terapeuta. La psicoterapia tiene como objetivos lograr conciencia de enfermedad y manejar síntomas como el vacío crónico, la dependencia de los demás. la difusión de la identidad, la inestabilidad en las relaciones interpersonales y consigo mismo, las conductas autodestructivas, a la vez que se busca el control de las emociones como la ira.

En cuanto a los medicamentos, se han usado antidepresivos y estabilizadores del estado de ánimo (incluyendo los antipsicóticos atípicos). Tienen como fin mejorar los cambios del estado de ánimo, ayudar a controlar la impulsividad y a manejar la ira, controlar las ideas paranoides, tratar los episodios disociativos y reducir el riesgo de suicidio. La respuesta a los fármacos suele ser positiva.

En cuanto al contexto, por lo general el tratamiento se lleva a cabo de manera ambulatoria. Sin embargo, en caso de conductas suicidas, agresividad hacia otros o hacia sí mismo, cambios graves del estado de ánimo o ideas paranoides persistentes, está indicada la hospitalización.

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